Conversatorio analizó ventajas para Chiloé al eliminar combustibles fósiles a nivel industrial

Mantener el cuidado de la flora, fauna y comunidades habitantes de la isla, así como una transición energética más justa

Realizar acciones concretas para evitar que Chiloé termine transformada en un archipiélago con problemas de agua. Esa es una de las preocupaciones que motivaron a diferentes organizaciones a reunirse el sábado 25 de octubre en la Escuela Popular Campesina de Curaco de Vélez para reforzar la campaña “Chao combustibles fósiles: ¡Soberanía energética ya!”.

Con el respaldo del Colectivo Viento Sur y el Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT), la campaña busca que las autoridades chilenas acepten el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles (TNPCF) para limitar tanto su expansión como explotación y, al mismo tiempo, evitar que la temperatura del planeta se eleve más allá de 1,5°C.

Pero no es todo: el acuerdo además aboga por una transición energética más justa, evitando que los combustibles fósiles se reemplacen por una generación de energía con un modelo extractivista, tales como centrales hidroeléctricas o parques eólicos que irrumpan en el medioambiente.

En ese sentido, durante el conversatorio realizado en Curaco de Vélez se acordó la importancia de un trabajo informativo hacia las comunidades para que puedan conocer cómo el tratado que reduce los combustibles fósiles impactará positivamente en el cuidado de los territorios, comunidades, flora y fauna de Chiloé.

Eduardo Giesen del Colectivo Viento Sur y coordinador para América Latina y el Caribe de la Campaña Global para Exigir Justicia Climática sostuvo que "lo que se busca es un mayor bienestar, sustentabilidad ambiental, el cuidado de la naturaleza y las comunidades a través de una estrategia que pone al centro la soberanía energética y no las utilidades de las grandes generadoras energéticas".

Jannet Cárdenas, fundadora de la Escuela Campesina Curaco de Vélez y habitante de la zona señaló que "es muy importante lanzar esta campaña en este territorio insular porque a nosotros como chilotes nos afecta directamente la contaminación y la transición que promueve falsas soluciones. Si esto sigue así nos vamos a convertir prontamente en un archipiélago sin agua. La soberanía energética es necesaria ya".

Francisca Fernández, profesora de la Escuela Popular Campesina Curaco de Vélez y vocera del Movimiento por el Agua y los Territorios aseguró que "la idea es dialogar los contenidos de este tratado y cómo darles una bajada reflexiva respecto a los procesos de defensa territorial. Y es lo más relevante cuando pensamos estos procesos desde articulados más allá de lo local y a la vez pensado desde lo local"

Cifras y desafíos futuros

Chile ocupa un rol clave en la transición energética, con una inversión de US$3,8 millones en 2025 para construir centrales, obras de transmisión y sistemas de almacenamiento.

Sin embargo, ambientalistas advierten que el proceso mantiene un enfoque extractivista, ya que estos montos incluyen proyectos de plantas hidroeléctricas y parques eólicos que generan conflictos ambientales, territoriales, culturales y con pueblos indígenas, volviendo la transición menos justa para las comunidades.

En ese sentido, las agrupaciones que promueven la aceptación del tratado aseguran que si Chile se compromete con esa alianza y, además, se toman medidas para una transición energética más justa con las comunidades, existen amplias posibilidades de invitar a otros estados a imitar su ejemplo en la COP30 de Brasil, donde Chile estará presente desde el próximo 5 al 7 de noviembre.