Doris Soto, investigadora del Centro INCAR: “En 2020 propusimos que se termine la producción de salmones en el fiordo Comau”

La doctora en Ecología se refirió a los riesgos de la salmonicultura y la mitilicultura ante el cambio climático, temática que ha desarrollado con una serie de investigaciones durante estos últimos años.

Como ya lo advirtió el recientemente publicado informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) el calentamiento global es una realidad que cambiará nuestro planeta en las próximas décadas. Proceso del cuál el sur de Chile no se escapa.

En materia de acuicultura, ya existe cierta claridad de cómo el aumento de la temperatura puede tener impacto en la actividad productiva. En este sentido, tanto la salmonicultura como la mitilicultura no se libran de los efectos del cambio climático.

Así lo ha detallado la Dra. Doris Soto, investigadora principal del Centro INCAR de la Universidad de Concepción, quien en estos últimos años ha estudiado —junto con otros científicos— los efectos del cambio climático justamente en las dos principales actividades productivas de la Región de Los Lagos: cultivos de salmón y de choritos.

En entrevista con el programa Dará que hablar de Radio El Conquistador, la científica se refirió al proyecto ARClim, mapa sobre el cambio climático que mide los riesgos producto del fenómeno a los que están expuestas numerosas actividades productivas de Chile, entre ellas la industria acuícola, como también a sus últimas publicaciones relacionadas con los riesgos climáticos y la sostenibilidad de la acuicultura.

“La proyección climática más importante para la región, para el norte de la Patagonia, es la reducción de las precipitaciones. Entonces usando esa proyección desarrollamos mapas de riesgo para la salmonicultora y la mitilicultora. Y trabajamos con dos amenazas: una es la probabilidad del incremento de floraciones algales nocivas, y la otra, en el caso de los salmones, es el incremento de las enfermedades parasitarias por incremento de la salinidad”, explicó la bióloga y doctora en Ecología.

Soto también se refirió a lo ocurrido este año en el fiordo Comau, donde un bloom de algas nuevamente puso a la industria salmonera sobre la mesa debido a mortalidad masiva de salmones y su impacto en el medio ambiente. Crisis ambiental que como investigadora de Centro INCAR ya había previsto que podía ocurrir en ese lugar.

“En la propuesta que nosotros hicimos el 2020, sobre un enfoque ecosistémico de la gestión de la salmonicultura, propusimos de hecho que se termine la producción de salmones en el fiordo Comau, por dos razones: primero porque ahí hay cierto riesgo, y segundo por una razón muy importante: aquí en la Décima Región prácticamente no tenemos áreas marinas protegidas”, agregó la investigadora.

Respecto de la preparación del Estado e industria en materia de monitoreo y mitigación de este tipo de eventos, Soto agregó que ha habido avances en los últimos cinco años, pero aún quedan nudos por resolver.

“Quizás lo que todavía no es tan bueno y eso también pasa mucho en Chile, es el tema de coordinación, de integración de la información […] pero yo creo que en Chile hay buenos científicos trabajando. Lo que no hay es un financiamiento de investigación de más largo plazo. Todos los años estas instituciones tienen que estar pidiendo nuevos fondos, y las floraciones algales nocivas no se van a desaparecer”, aseguró.

Puedes escuchar a continuación la entrevista completa: