Marea roja: investigación identificó quistes de microalga en áreas oceánicas de Los Lagos y Aysén

Trabajo doctoral en la Patagonia norte abordó los principales factores ambientales y biológicos detrás de la abundancia en el sedimento marino de quistes de A. catenella, responsable del veneno paralizante de los mariscos.

El descubrimiento de quistes de Alexandrium catenella —responsable del veneno paralizante de los mariscos— en las áreas oceánicas de las regiones de Los Lagos y Aysén y su relación con la anoxia del sedimento, y también la identificación de la potencial interacción biológica entre meiofauna (copépodos Harpacticoidos) y los quistes de A. catenella, 

Estos son algunos de los principales hallazgos que arrojó la tesis doctoral del investigador del Centro i~mar y estudiante del Doctorado en Ciencias mención Conservación y Manejo de Recursos Naturales de la Universidad de Los Lagos, Camilo Rodríguez Villegas.

El trabajo tuvo como objetivo entender cuál es la vinculación entre variables físico-químicas del sedimento marino, la meiofauna y los quistes de algas tóxicas en el sur de Chile que dan paso a la temida marea roja, como así también tener diferentes formas de aproximarse a este problema y crear estrategias para mitigarlo. 

La investigación abordó los principales factores ambientales y biológicos detrás de la abundancia de quistes en el sedimento marino, los cuales se adhieren a los mitílidos (choritos y cholgas) y que —bajo ciertas condiciones de oxígeno, temperatura y salinidad— y posteriormente surgen como floraciones algales nocivas (FAN), dañando los productos del mar. 

Asimismo, se quiso identificar los sectores geográficos donde se producían las floraciones, en qué periodos de tiempo, cuándo y bajo qué condiciones se reproducían dichos quistes.

“Lo que queríamos era identificar los factores biológicos y físico-químicos que generan variación espacio-temporal de la abundancia de quistes de Alexandrium catenella en la Patagonia Noroccidental. En el fondo, se pretendía comprender si lo que explica las floraciones nocivas en otras áreas del mundo (altas abundancias de quistes), lo explica también en el sur de Chile y evidentemente, aquí ocurre algo diferente”, explica Rodríguez.

Enfoque interdisciplinar

La investigación se desarrolló en la Patagonia noroccidental entre las regiones de Los Lagos y Aysén, mar exterior de Chiloé y de Aysén hasta el canal de Chacao. Tuvo un enfoque interdisciplinar, por etapas, e incluyó diferentes escalas espaciales y temporales. 

Desde la macro escala, se analizó la abundancia de quistes (estructura de resistencia que permanece latente en el sedimento marino) de la microalga toxica Alexandrium catenella en muestras de sedimento utilizando una serie de tiempo de diez años (2001-10) involucrando periodos primavera-verano. 

Desde la meso-escala, se evaluó la variabilidad estacional (primavera-verano y otoño-invierno) de dichos quistes siete meses después de la intensa floración nociva de 2016. Además, por primera vez se tomaron registros en áreas oceánicas e interiores de la Patagonia Noroccidental durante la primavera de 2018 a bordo del crucero oceanográfico Cabo de Hornos de la Armada de Chile. En micro-escala durante 2019 y 2020 se analizó la compatibilidad sexual —que permite la producción de quistes— de cepas aisladas desde la Región de Los Lagos hasta Magallanes, su toxicidad y algunas interacciones con parásitos de esta microalga como potencial estrategia de mitigación de esto eventos.

El análisis permitió también otros hallazgos como identificar el riesgo de dispersión de A. catenella a través de la movilización de bancos de mitílidos y redes de pesca, y descubrir una tendencia Sur-Norte o Magallanes-Los Lagos de aumento de toxicidad de células de la microalga.

Mitigación y fiscalización

Por lo mismo, Rodríguez entrega recomendaciones basada en eventos científicos para abordar de mejor manera las floraciones algales nocivas, a través de la política pública y de una fiscalización.

Entre ellas, por ejemplo, el evitar el traslado de mitílidos de una zona a otra sin evaluar si tienen quistes de Alexandrium catenella, como también desinfectar implementos ampliamente utilizados como las redes de pesca antes de utilizarlos en un nuevo ambiente y —a nivel más ambiental—procurar evitar las condiciones de anoxia del sedimento, dado que son áreas donde los quistes pueden acumularse y mantenerse viables por largos periodos de tiempo (años).

“Es fundamental establecer un plan de fiscalización que no permita el movimiento de mitílidos (choritos, cholgas) de un ambiente a otro, sin evaluar si llevan células o quistes de esta especie nociva en su interior. De no hacerlo, estamos trasladando por medios humanos el problema de la marea roja de un lugar a otro”, dice Rodríguez.

“Si las condiciones de este sedimento con quistes acumulados cambian y se oxigenan, estos pueden germinar y dar lugar a un evento nocivo”, agrega el científico.

El investigador agrega que espera publicar en el corto plazo los resultados de su trabajo: “De momento tenemos dos publicaciones científicas de primer nivel y tenemos otros tres artículos listos para ser sometidos a revisión por pares en el corto plazo en revistas del mismo nivel”.